A menudo, juzgamos la espiritualidad de otra persona por un conjunto de reglas que hemos establecido para nosotros mismos. Después, cuando alguien no está a la altura de nuestra norma, decimos: “Bueno, podrá ser salvo, pero sin duda no es muy espiritual”.

En este mensaje, el Dr. Stanley explica cómo un andar de fe victorioso es el resultado de someterse con gozo a la voluntad de Dios, y perseveramos en una correcta relación con Él. Cualquier otra manera se basa en esfuerzo y orgullo humanos, y sirve solamente para que quitemos nuestro enfoque de Cristo.

Si no perdemos de vista esto, no tendremos ninguna necesidad de juzgar o criticar a otros por los esfuerzos espirituales que hacen o dejan de hacer. Si enfocamos nuestros corazones en Cristo, nuestra preocupación será que la otra persona tenga una relación con Dios –nos sus actos. Pero más importante aun, desarrollaremos un corazón de servicio a Dios, y eso es todo lo que Él pide que hagamos.

Este mensaje es parte de la serie “Completos en Cristo: Estudio sobre Colosenses, Vol.3”.