“Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Ga 6.7).

En este mensaje, el Dr. Stanley examina la vida del rey David, ofreciendo una solemne lección acerca de las consecuencias de nuestra conducta. Tal como sucedió con David, el principio de siembra y cosecha sigue siendo válido en el presente. Puesto que el propósito final de Dios es que seamos conformados a la imagen de su Hijo Jesús, Él usará aun las consecuencias más terribles para moldearnos a su semejanza. Tenga cuidado con lo que siembra, pero confíe también en que Dios utilizará lo que sea necesario, incluso nuestros fracasos, para producir en nosotros una cosecha de santidad.

Este mensaje es parte de la serie En pos del corazón de Dios: Estudio sobre 1 y 2 de Samuel (Vol. 4).