Es maravilloso que tengamos el privilegio de ser las grandes obras maestras de Dios, no por habernos hecho especiales, sino porque podemos invitar a su Hijo a nuestras vidas, y responder con fe a su obra redentora en la cruz.

A pesar de que no hay nada que podamos hacer para volvernos justos y santos, hay obras que hacemos porque somos los hijos de un Dios justo y santo. En este mensaje, el Dr. Stanley habla de la diferencia que hay entre estas dos clases de obras, y de cómo podemos glorificar a Dios por medio de lo que hacemos.

Los caminos que seguimos deben ser los que Dios preparó para nosotros, antes de comenzar nuestra caminata de fe. Si transitamos por estos caminos, volveremos la vista atrás, y veremos la soberanía de Dios y la consumación de su propósito para nuestras vidas.

Este mensaje es parte de la serie “Cómo descubrir nuestra verdadera identidad, Volumen 2”.