La gracia de Dios es su favor inmerecido, ilimitado, desmerecido; y cada persona está de un lado de esta línea o del otro: o han aceptado su gracia a través de la salvación, o la han rechazado.

Si bien la gracia puede ser una palabra popular que leen, cantan y dicen los cristianos, eso no nos hace más fácil entender cómo funciona. En este mensaje, el Dr. Stanley habla de las profundidades y del alcance de la gracia de Dios en lo que se refiere a nuestra salvación.

Cuando nuestros ojos se abren a la pecaminosidad que hay en nosotros, se hace aun más difícil explicar cómo Dios, con toda su justicia y santidad, podría alcanzarnos y salvarnos. Sin embargo, una vez que hemos aceptado el regalo de la salvación, podemos decir con todos los santos, por la gracia de Dios, que nuestros pecados han sido perdonados y hemos sido hechos nuevos.