La única persona que podría haber muerto por nuestro pecado es una que jamás haya pecado. Eso descalifica a todos, excepto al Señor Jesucristo. Solo Él pudo seguir siendo Dios y pagar la pena de nuestro pecado para llevarnos a Dios.

El Dr. Stanley nos dice que el sufrimiento redentor no nos gana el perdón por nuestro pecado. El perdón es el resultado de la gracia de Dios, otorgada de forma gratuita a través de Cristo, la cual no se puede ganar. Dios está listo, dispuesto y es capaz de llevarnos a Él. Ha hecho todo lo posible a través de la resurrección de Cristo. Pero ahora depende de nosotros recibirlo y obedecer lo que dice. Un acto de obediencia a Dios es ser bautizado. Nos ayuda a reconocer que cuando Cristo murió, nosotros morimos. Que cuando Él fue sepultado, nosotros fuimos sepultados. Y que cuando Él resucitó, nosotros también lo hicimos.

Este mensaje es parte de la serie Para vivir en victoria: Estudio sobre 1 Pedro, y profundiza en 1 Pedro 3.18-22.