Vivir la vida cristiana es una vía de doble sentido. Mientras que Dios cumple siempre su parte del trato, nosotros debemos decidir obedecerle cada día. Eso comienza cuando respondemos por fe a la oferta de salvación de Dios, y el Señor nos crucifica, sepulta y resucita para que andemos en novedad de vida, sellándonos con el Espíritu Santo de la promesa. Esto es algo que nunca puede ser quitado o perdido.

Sin embargo, en este mensaje el Dr. Stanley se concentra en nuestro papel en lo que se refiere a vivir la vida cristiana, que es obedecer a Dios y confiar en que Él cumple sus promesas. La oportunidad de pecar o desobedecer a Dios siempre estará presente, por lo que tenemos la responsabilidad diaria de renunciar a ella y de resistir las tentaciones de Satanás cuando se crucen en nuestro camino.

Afortunadamente, esto no es algo que Dios nos pide que hagamos sin ayuda. Cuando recordamos que contamos con la presencia interior de Dios en nuestras vidas, el pecado pierde su atractivo. No tenemos que descubrir nuestras propias maneras de hacer frente a la tentación. En vez de eso, podemos invocar a Aquel que nos ha dado la victoria sobre el dominio dictatorial de Satanás.

Este mensaje es parte de la serie “Cómo descubrir nuestra verdadera identidad, Volumen 3”.