Cuando algunas personas se unen a una iglesia, se vuelven miembros activos por toda la vida. Sin embargo, otros comienzan emocionados, pero desaparecen con el tiempo. Hay otros que nunca se involucran; de alguna manera, se sienten satisfechos con mantenerse al margen.

En este mensaje, el Dr. Stanley habla de las razones por las que no reconocemos el liderazgo de Jesús en la iglesia, y por qué perdemos interés en servirle dentro de un cuerpo local de creyentes. También rechaza el mito de que la salvación se logra automáticamente por la membrecía en la iglesia.

Una iglesia no es un club o una organización cívica; es el cuerpo de Cristo en actividad en este mundo. No cumplir con el papel que cada uno tiene en su iglesia, es siempre contrario a la voluntad de Dios, y eso le desagrada a Él. ¿Está usted donde el Señor quiere que esté?

Este mensaje es parte de la serie "Completos en Cristo: Estudio sobre Colosenses, Vol.2".