Aunque sabemos que la paciencia es una virtud, no siempre nos resulta fácil expresarla. Sin embargo, la paciencia es una respuesta muy poderosa capaz de desactivar toda clase de conflictos. Cuando somos capaces de reaccionar de una manera tranquila y pacífica —no desafiante o defensiva—conseguimos el favor de Dios y cosechamos los beneficios que resultan de elegir una respuesta a la manera de Cristo.

¿Cuánto tiempo tuvo Dios que esperar que usted se volviera a Él? Dios espera con paciencia por nosotros, y por tanto no tenemos ningún derecho de ser impacientes con los demás. En este mensaje, el Dr. Stanley profundiza en cuanto a la obligación de la paciencia, y cómo espera el Señor que la demostremos:

- Permaneciendo callados
- Orando
- Controlando nuestros pensamientos
- Controlando nuestras emociones
- Absteniéndonos de imponer nuestra opinión a los demás
- Escuchando amablemente
- Perdonando a los demás
- Ofreciendo palabras de ánimo

Demostrar paciencia cada día implica la determinación de responder con amor y tranquilidad, pero también la disposición a largo plazo de esperar en Dios. Cuando somos pacientes, aprendemos a regirnos por el tiempo de Dios, a confiar en su perspectiva eterna y a descansar en su amor por nosotros. Por tanto, sea paciente con todo el mundo —y con Dios— para conseguir su favor y las bendiciones que provienen de esta poderosa virtud.

Este mensaje es parte de la serie El poder de la paciencia.