Hay momentos en la vida cuando decidimos actuar solos porque creemos que no hay nadie a quien acudir. Nuestro primer impulso en una situación difícil es, a menudo, reaccionar y tomar decisiones apresuradas. Pero nuestra mejor reacción debe ser siempre acudir al Señor y buscar su dirección.

En este mensaje, el Dr. Stanley nos recuerda que Dios es nuestro Escudo y Protector que promete guiarnos en medio de los tiempos difíciles. En cualquier momento que estemos dispuestos a reconocer nuestra insuficiencia y pedir al Señor que nos dé dirección, Él lo hará. En vez de confiar en nuestras capacidades, necesitamos confiar en las de Él. Echar una mirada retrospectiva al historial de fidelidad de Dios, puede ser una valiosa fuente de aliento en los momentos difíciles. Cuando no tenemos a nadie más a quien recurrir, podemos encontrar aliento yendo al Señor en busca de dirección.

Este mensaje es parte de la serie Aliento.