Mientras que el hijo pródigo se divertía en una tierra lejana, su hermano mayor trabajaba duro en la propiedad de la familia. Pero no se engañe: uno no tiene que abandonar el hogar para rebelarse.

En este mensaje, el Dr. Stanley examina con mucho detenimiento la segunda mitad de la parábola del hijo pródigo, al analizar la actitud hipócrita del hermano mayor. El cual, aunque aparenta ser un hijo abnegado, en realidad está lleno de soberbia, celos y amargura. No permita que la hipocresía envenene su relación con Dios ni con los demás. Descubra la mejor medicina que le hará libre para unirse a la celebración.

Este mensaje es parte de la serie, Bienvenido a casa: La parábola del hijo pródigo.